✧✧✧ mientras tanto. Ese mismo día en Brighton, Inglaterra. ✧✧✧
El restaurante elegante donde Jacqueline Ainsworth había almorzado tenía mesas impecables, ventanales enormes y la luz del mediodía bañando cada superficie con un brillo suave.
Ella se levantó de golpe.
Clank~
La silla retrocedió con firmeza.
Jacqueline, con su vestido beige claro que rozaba sus rodillas, avanzó con pasos rápidos. Su cabello castaño oscuro, perfectamente peinado hacia un lado, se movió apenas con su brusco movimiento. En su rostro se había formado una expresión tensa, una sombra peligrosa que pocas veces dejaba ver.
María, su asistente, casi corrió tras ella.
—Se… señora… —susurró, intentando mantener el paso—. ¿Se encuentra bien? Parece… alterada por esa llamada telefónica.
Jacqueline abrió la puerta principal del restaurante. El aire fresco del mar le rozó el rostro, levantando apenas algunos mechones de su cabello oscuro. El sol brillaba débilmente sobre el agua azul.
Ella no contes