✧✧✧ Esa tarde, en Londres. ✧✧✧
El cielo londinense se veía cubierto por una fina capa de nubes. Las gotas caían de manera intermitente sobre los ventanales de la clínica privada, haciendo un sonido leve.
Rosalind descendió del vehículo con paso tranquilo, aunque su corazón latía un poco más rápido de lo normal. Richard, su guardaespaldas, abrió la sombrilla negra y la cubrió con precisión.
Tap~ Tap~ Tap~
Los tacones de Rosalind resonaron sobre el suelo húmedo mientras subía las escaleras. El perfume de las flores recién colocadas en la recepción se mezclaba con el aroma a desinfectante.
—Buenas tardes, señora Ainsworth —la saludó la recepcionista con una sonrisa—. La doctora Huxley la espera.
Rosalind asintió.
—Gracias.
Richard se quedó cerca de la entrada, con las manos detrás de la espalda, observando a discreta distancia.
La puerta del consultorio se abrió y apareció una mujer de bata blanca, cabello rubio recogido y expresión amable.
—Señora Ainsworth, qué gusto verla —