C84: Ha ocurrido algo muy grave en la casa.
Finalmente, después de una espera que pareció eterna, el sonido lejano de las sirenas se hizo escuchar. La ambulancia se detuvo frente a la entrada principal, con las luces parpadeando como latidos desesperados, tiñendo las paredes de destellos rojizos y azulados.
Los paramédicos irrumpieron en el interior con rapidez, portando sus equipos. En cuestión de segundos, subieron hasta la habitación de Ámbar, y los empleados, que aún se mantenían agolpados en el pasillo, se hicieron a un lado para abrirles paso. Allí la encontraron aún inconsciente, tendida en el suelo, con el rostro pálido y la respiración débil.
Con movimientos precisos, la examinaron, le colocaron una mascarilla de oxígeno y comenzaron a preparar la camilla. Margot fingía nerviosismo y preocupación, ordenando que abrieran paso, que nadie estorbara, que todo se hiciera con cuidado. En apariencia, parecía la imagen misma de la sensatez y la responsabilidad, pero en el fondo de sus ojos brillaba una chispa de satisfacción p