CAPÍTULO 77
Cuando se accionó el arma, Elliot no pudo contenerse y corrió hacia la puerta y comenzó a golpearla con fuerza.
―¡Ana Paula! ¡Abre la m*****a puerta! ―grito mientras daba reiterados golpes con su hombro ―¡Ábrela!
Dentro de la cabaña, Erick lloraba a todo pulmón, el sonido del arma lo