CAPÍTULO 24
Al día siguiente, cuando Amara bajo las escaleras, se sorprendió al ver a Elliot sentado en la mesa para desayunar. Sus ojos buscaron al ama de llaves, quien le dio una sonrisa cálida y le dijo.
―Buenos días, señora. ¿Le preparo lo de siempre?
―Ehh… si, por favor.
Tomo asiento en si