CAPÍTULO 32.
―Está bien ―controlando su emoción, asintió con indiferencia.
Cristian estaba a punto de continuar trabajando cuando la escucho decir. ―Por cierto, Cris, tengo algo que decirte. Ven a verme cuando hayas terminado. Te esperaré en la tercera habitación de invitados a la izquierda.
Desp