Abro los ojos llevándome un susto enorme. El mismo hombre que me estaba cargando mientras yo aún estaba aturdida sigue aquí afuera, ahora está aquí frente a mí. Me lanza una bolsa negra. Me doy cuenta de que es una bolsa con todas mis pertenencias. Arrastra la maleta fuera de la habitación y yo lo sigo.
— Esa maleta es de mi casa. ¿QUÉ LE HIZO A MI MARIDO? — El hombre sigue caminando sin mostrar nada. — Por favor, señor... — él me mira fijamente.
— Buenos días, linda — él vuelve a su pose de instantes atrás — te traje comida. Un café, ensalada de frutas y pastel. Entra en el coche — lo obedezco devorando la comida en menos de 1 minuto — ¿Cogiste a la otra puta? — El guardia me mira rápidamente.
— ¡Sí, señora! — Erika da la vuelta y entra en el coche sentándose a mi lado.
— Come, que necesitas estar cien por ciento para ir al banco — me quedé preguntándome el motivo por el cual ella quería llevarme al banco. Entonces entendí que lo que ella quería era el dinero de Rafael, pero eso no m