Trent intenta apartarse rápidamente, pero no es lo suficientemente rápido y las garras de ella le desgarran la mejilla, haciéndolo gritar de dolor.
Ha estado detrás de la puerta todo el tiempo escuchando la conversación entre él y su esposo y cuanto más revelaba Trent la profundidad y la traición de sus planes, más se odiaba a sí misma.
Era la defensora número uno de Carmela. Todas las cosas que le hizo a Leila, todas las veces que convirtió la vida de la pobre chica en un infierno, fue por culpa de este hombre y sus malvadas acciones.
"Maldito bastardo", gruñe Adaline, cargando de nuevo contra él, dándole otro golpe en la cara, pero esta vez Trent bloquea su ataque y la empuja hacia atrás.
Se limpia la mancha de sangre de la cara que ya se está curando y se la frota en el dedo. "Le pediría a tu esposo que te controlara, pero como no está en condiciones de cumplir con sus deberes de hombre, lo haré yo mismo".
Le lanza un puñetazo a Adaline, pero ella lo esquiva y le da una patada