Carmela está de pie en la puerta, con un vestido azul de manga larga ceñido a la cintura, que resalta sus curvas al ceñir su cuerpo hacia abajo.
Su maquillaje es regio, y sus muñecas y cuello están adornados con pesadas perlas, a juego con el bolso blanco que lleva en los brazos y los tacones blancos de sus pies.
Dos omegas entran en la casa con ella, una con una cesta en la mano y la otra con la cabeza gacha, dispuesta a hacer cualquier encargo que Carmela necesite.
Cuando la puerta se cierra, Leila echa un vistazo al coche oficial de Luna, su coche, en el que ha llegado Carmela, y casi sonríe amargamente.
Si Tatum ya le está dando a Carmela los privilegios que conlleva el puesto de Luna, como el coche oficial y los sirvientes omega personales, ¿por qué no le da lo único que le ha pedido en años?
¿Por qué no firma los papeles del divorcio y la deja marchar?
Es obvio que Carmela encaja perfectamente en el papel de Luna, así que ¿por qué insiste Tatum en mantener a Lei