Siento como algo me molesta en el brazo, así que abro mis ojos lentamente, tratando de acostumbrarme a la luz. Al abrir los ojos, veo que estoy en una habitación del hospital, pero no logro acordarme de cómo llegué aquí.
-¡Dios mío, pequeña, despertaste! - veo a Adam, y este corre hacia mí y toma mi mano. - ¿Cómo te sientes? - acaricia mi mejilla lentamente.
-Bien, dime, ¿qué me pasó?
-Te desmayaste después de la discusión con Samantha. - En ese momento, me acordé de todo lo que ocurrió en el consultorio y las ganas de vomitar regresaron.
-Quiero vomitar. - Este corre por una cubeta, y cuando la trae, vomito todo. - Creo que tengo daño en el estómago.
-Ahora lo sabremos. Te hicimos unos exámenes de sangre. - En ese momento, entra el médico y me sonríe.
-Hola, Luz, tremendo susto nos diste, pero me alegro de que ya estés mejor.
-Gracias, doctor.
-Bueno, tus exámenes salieron con varias cosas. - Cuando dice eso, sé que no son buenas noticias, así que mis nervios empiezan a crecer. Siento