la bruja y el lobo
la bruja y el lobo
Por: Jo March
La mujer en el bosque

Era una noche algo fría en los bosques inhóspitos del condado de Clallam, Washington en la desembocadura del rio Quileute, en la costa del pacifico.

Los árboles se encontraban muy quietos, pero el sonido del viendo silbaba sublimemente a los oídos de aquel joven Alfa corpulento quien se encontraba vigilante en uno de los territorios más explorados por las criaturas míticas del bosque. Los vampiros y las brujas eran unas de las criaturas más detestadas por esta manada, ya que hace más de cincuenta años hubo una guerra sangrienta que hizo que los lobos desterraran a los vampiros y a los practicantes de magia oscura de su lado, por cazar a los humanos en su territorio, y raptar a sus mujeres y familia.

El Joven Ryan Black, miembro y recién nombrado Alfa de la tribu de los Quileute. Era uno de los hombres más calculadores y fríos de la manada, luego de verse forzado a mirar la muerte de sus padres en manos de los vampiros a la edad de doce años, jamás volvió hacer el niño soñador que una vez fue. Su nombramiento como alfa de la manada fue prematuro, pero acertado ya que a su corta edad desarrollo los dotes de todo un guerrero de la tribu, su velocidad era insuperable, su comunicación con los animales era envidiable y su capacidad de transformación al cumplir la mayoría de edad fue mejorando, ayudándole a convertirse en uno de los lobos más grandes y poderosos de todo el territorio y haciendo un grato honor a sus antepasados.

Los Matamorfos de la tribu Quileute también pueden ser llamados; Los hombres –lobo Quileute, los hombres lobo de la Push, los lobos Metamorfos. Cuando un miembro de la generación actual se encuentra con el olor de un vampiro, o alguna criatura extraña, automáticamente se transforma en un lobo gigante incluso antes de que sepa que deciende de estos lobos.

Esa noche en el territorio custodiado por la tribu paso algo inusual, mientras Ryan vigilaba fielmente la guardia de media noche, escucho unos gritos y gemidos ensordecedores, sus agudos oídos de lobo y su sentido agudo de protección lo obligaron a dejar su puesto pensando que alguno de sus hermanos de la manada necesitaba ayuda.

En el mismo instante que el alfa dejo su puesto, el circulo de seguridad que protegía la entrada de la guarida de la tribu se afianzo más, cerrando el cordón que estaba desplegado por toda la entrada de la fortaleza, que con tanto celo protegían desde hace más de cincuenta años.

Dos de los amigos de Ryan, al mirarlo internarse en lo más oscuro del bosque bruscamente no tardaron en seguirle el paso pensando que algo inusual estaba pasando, como sus dos valientes escuderos Jasón y Jake, ambos gemelos hijos de herederos de dos líneas sanguíneas poderosas de la tribu protegían al Alfa a toda costa, aun si representaba perder su vida, ellos estarían dispuestos a darla por el si fuese necesario.

Al acercarse a una de las fronteras del territorio dominado por lobos, Ryan escucho con más fuerza los gritos incesantes, tomando su forma de lobo gris plomo y midiendo unos cinco metros de altura, trato de mimetizarse a través de uno de los árboles del bosque para vigilar a la criatura que buscaba visualizar a unos kilómetros de distancia sin bajar la guardia.

Al mirar entre las ramas finas de los árboles, unos ojos color ocre, y una cabellera larga y oscura lo cautivaron por completo, al punto que lo hizo volver a su forma humana rápidamente.

–Puede ser un vampiro, que ha detectado nuestro rastro y viene para destrozar nuestra manada.

Pensó en sus adentros, y apretó los labios con fuerza.

–i Ayuda, alguien podría desatarme de esta trampa que me han tendido los cazadores del bosque, estoy herida y no quiero morir aquí!

Grito la mujer de forma desesperada, esperando que alguien la escuchara en medio del oscuro bosque.

Unas cuerdas rodeaban sus brazos y piernas, apegada al tronco de un árbol maniatada sin poderse mover, solo con la cabeza libre para poder expresarse y con una flecha enclaustrada en su pecho la joven indefensa daba la apariencia que llevaba algunos días sin comer ni beber nada. Al parecer alguien le tendió una trampa con el fin de inmovilizarla y que esta fuera devorada por alguna criatura del bosque.

–Que debería hacer, debería matarla y así evitarme algún problema en el futuro o debería ayudarla, no detecto el olor de vampiro en ella, podría ser una especie de truco para hacer que me acerque a ella y luego atacarme.

Frunciendo el ceño con intriga, tratando de detectar algún olor, o impedimento que le prohibieran acercarse a la mujer desconocida y rescatarla de aquellas cuerdas que la lastimaban.

Luego de varios minutos de alaridos y gemidos la mujer se rindió, y su cabeza bajo para hacer un largo silencio, sus ojos cerrados, y su rostro apagado, encendieron una alarma en el corazón de Ryan que jamás había sentido.

Despejando todas sus dudas, se acercó lentamente a la mujer y se paró frente a ella, mirándola de una forma desafiante, esperando algún ataque sorpresivo de alguna criatura del bosque, que talvez no se había percatado que estuviera acompañando a la mujer. Pero luego de un par de horas observando a la mujer y oliéndola de cerca no apareció nada para atacarlo, y su olor era tan penetrantemente envolvente y cautivador, que Ryan se convenció que solo era una humana abandonada en el bosque por algún cazador depravado.

Se apresuró rápidamente a desatarla del árbol, mientras la mujer aún estaba inconsciente e intento liberar su pecho de la afilada flecha que lo oprimía, pero no pudo hacerlo sin causarle un daño permanente, así que decidió tomarla entre sus brazos y llevarla al refugio de la manada en donde habitaban varios humanos que ayudaban a la tribu.

Camino al refugio fue interceptado por sus compañeros escuderos, Jasón y Jake, los cuales colocaron una cara de sorpresa al mirarlo con la mujer tendida en uno de sus hombros.

–¿Qué crees que haces con esa humana?

Pregunto uno de los gemelos tras haber olido a cientos de kilómetros a la mujer.

–La llevo al refugio de humanos, al parecer fue abandonada en el bosque, estuvo atada a un árbol por mucho tiempo, quizás este muriendo de hambre y sed.

Respondió Ryan, quien tenía una sensibilidad especial por los humanos, ya que su madre era una humana, cuando su padre se imprimo de ella y él fue concebido.

–Me parece razonable, aunque es algo sospechoso que este abandonada de esa manera en esta zona, en donde los humanos son incapaces de llegar por sus propios medios, dado el clima y lo alto de las montañas.

Con un tono de intriga, Jasón clavo sus ojos oscuros sobre ella, con la intensión de no perderla de vista.

Los gemelos Ateara, tenían una cualidad extraordinaria para detectar criaturas del bosque, en especial a los vampiros, brujas, duendes y hadas del bosque. Sus abuelos los adiestraron para ser un radar impenetrable de criaturas mágicas, y para ellos era indispensable proteger la manada de todo ataque oscuro.

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