5. Vínculo

Darina

No cabe duda que la Diosa eligió bien a nuestra pareja, Krom, es el lobo más fuerte, bello, cariñoso, inteligente, que puede haber en el mundo.

En cuanto me hice visible para él, le pedí que esto quedara como un secreto entre ambos, no dudo ni segundo en aceptar, pues ambos no soportamos estar por más tiempo alejados.

Escuchar su voz y la de Lion al mismo tiempo es demasiado para mi, tengo que cerrar las piernas para no vaciar mi fuente.

Ambos son extraordinarios, sentir su piel contra la mía, sus dedos deslizándose por mi cuerpo y su aliento unido al mío, me hacen perder la poca cordura que aún me queda.

¡Oh por la Diosa! Odette, te juro que cuando me reconozcas, seremos muy felices con nuestro Alfa, por ahora dejaré que seamos suya.

Después del espectacular oral, sube lentamente por mi torso repartiendo besos, llega a mis labios y me besa con demasiado deseo.

Sus ojos me muestran que ambos están presentes, uno es negro como la misma noche y el otro es verde, y yo disfrutando a este par sola.

Cuando terminamos el beso, me veo muy atrevida y muerdo su hombro, gruñe por lo bajo y me muestra una sonrisa perversa. ¡Auuuu!

—¿Estas segura de esto? —me preguntan.

—Más que lista mi Alfa, siempre dispuesta para ti amor mio —lo último me dirijo a Krom.

Nos besamos una vez más y siento como se acomoda en mi entrada, se adentra lentamente y clavo mis uñas en su espalda. Odette, eres demasiado estrecha niña.

Duele un poco, pero en cuanto termina de entrar pasa su nariz por mi cuello dejando que yo haga lo mismo, su olor se hace más fuerte y eso me calma enseguida.

Una ola de calor se expande entre nosotros dejando el dolor a un lado, y dando paso al placer puro e infinito. Mis caderas se mueven buscando más de él, a pesar de enorme tamaño.

Con razón la plástica loca anda tras sus huesitos, pero este momento es nuestro, y no lo pensamos compartir con ninguna lagarto a operada.

Este lobito es pura pasion, fuego de ese que te incendia y te da vida al mismo tiempo; nuestra piel está al rojo vivo listos para explotar.

—Esto aun no acaba lobito malo, quiero todo de ti, todo —afirmó girando mi cuerpo para quedar arriba.

Sus manos se aferran a mis caderas y me penetra con rudeza, un aullido se me escapa de placer, siento sus uñas rasgar mi piel y yo me aferro a sus muñecas para no caer.

Lobito ingrato solo me hace sufrir, me regresa a la cama y sale de mi, golpeando un poco con su virilidad mis pliegues, se divierte con mi sufrimiento.

—Hoy te ves especialmente hermosa mi bella... Odette —no me molesta, pero creo que a Krom casi se le escapa la verdad.

—Gracias Alfa —le agradezco con una sonrisa y mordiendo mi labio inferior.

Muevo mis caderas y llevo mi índice a mis labios para morderlo y provocarlo aún más; le ofrezco mi mano y el plan cambia cuando me jala y de una sola, me coloca en pie.

Me envuelve entre sus brazos, no cabe duda qué así es se ve mas grande e imponente todavía; estamos ardiendo, esto no se caba hasta que ambos quedemos satisfechos del otro.

Sus dedos acarician mis brazos y llegan a mis glúteos, los toma con esa fuerza que me trae mas loca que una cabra; enredo mis piernas en su cintura y me estrella contra la pared mas cercana.

Sin pedir permiso se entierra en mi de una sola estocada fuerte y certera; un alarido de placer se me escapa, es imposible que no lo haga cuando el lobo es quien domina.

En este momento solo estamos Krom y yo, siento como Lion, trata de retomar el control, mas mi hermoso lobito no se lo permite y eso me satisface en demasía.

La mirada verde de Krom, y la roja mía se mezclan en deseo el uno por el otro; ahora si me siento libre de entregarme a mi mate como la Diosa manda.

Enredo mis brazos alrededor de su cuello y lo beso sin control alguno, mientras el me embiste a su gusto, fuerte, como solo un macho alfa sabe hacerlo, y a mi me toco el mas alfa de todos.

Avanzamos unidos hasta el mueble mas cercano y me coloca para poder sostenerme con las manos; me sonríe malvado y sale un poco de mi, solo para adentrase de forma exquisita, cierro los ojos y apenas alcanzo a sostenerme del bendito mueble que está por colapsar, ni aguanta nada.

En este momento solo escucha el crujir de la madera en cada embestida, mis gemidos mezclados con sus jadeos y nuestros fluidos en cada movimiento; lo amo tanto que agradezco a la Diosa por ponerlo a él en mi camino y no a otro.

Acerca sus dientes a mis pezones y los muerde con fuerza, un quejido de dolor acompaña la mordida, pero lo dejo ser, al final de cuentas, es mi pareja destinada.

Me baja con cuidado al darse cuenta de mis piernas temblorosas por el maravilloso orgasmo que acabo de tener; me sostiene por la cintura y espera a que me recupere un poco.

Dirijo mi vista al marco de la cama y me doy cuenta del bastón y las cadenas que la adornan, lo observo traviesa y sin necesidad de palabras entiende perfecto lo que deseo.

Llegamos a la orilla y toma mis muñecas para atarlas, me siento ansiosa por lo que viene; se coloca entre mis piernas y lleva su dureza a mis labios, gustosa abro la boca y dejo que me folle marcando su ritmo, como su loba es un gusto estar así con él.

Decir que el resto de la tarde y la noche completa no nos fue suficiente para calmar nuestra necesidad, es poco, no sé en que punto sentí sus colmillos marcando mi nuca, dejando el vínculo completo, ahora nos pertenecemos con todas las de la ley y no hay nada, ni nadie que pueda separarnos.

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