ANDROMACA
De la nada comienza a llover y siento que el clima acompaña mi estado de ánimo, tiemblo con la fragancia que impregna el lugar y el aura desafiante de Stravros que se limita a teclear en su móvil ignorando mis sollozos y el temblor de mi cuerpo.
No sé qué lo hizo mi hermana, pero su odio es irracional y me da miedo por lo que pueda hacerme ahora mismo, el auto avanza y mis ganas de llorar no se detienen cuando estacionan en la mansión que es ahora mismo mi peor pesadilla al ingresar con la fuerza que tira de mí.
—Stravros —mi labio tiembla cuando quiero hablarle—yo no sé quién era, solo se abalanzó sobre mi para recordar según los viejos tiempos, parece que mi hermana tenía una relación con él, no sé—estoy tan confundida que no coordino bien mis palabras, suelto sin pensar o analiza, solo quiero alejarme de su enojo— solo que no supe que hacer en ese momento yo. —me justificó consiguiendo que me adentre soltándome bruscamente dejándome en el piso —no me hagas daño por favor,