ANDROMACA
Acelera empalándome, arremetiendo con mas fuerza, con una potencia que me quiebra, cambia de posición en la cual me deja en tijera metiéndose entre mis piernas ya que la derecha descansa en su hombro, me desarticula con cada penetración, me comprimo toda por dentro, toca terminaciones impensables mientras el suelta los embistes que me desintegran en tanto ambas manos sujetan mis tetas.
—Dios Stavros—me mata, me envía al infierno y recorrer la constelación por completo—vas a matarme hombre.
—Me querías enojado—murmura bajando la velocidad y acercando su boca a la mía—estoy furioso—lame mis labios—rabioso contigo niña.
—No quiero que estés enojado—quisiera tocarlo—te quiero enamorado—me he vuelto loca —ignoremos las reglas, olvídate de los detalles que nos separan, concéntrate en mí y en ser solo mío por esta noche.
El miedo me toma cuando detiene sus arremetidas sumergiéndome en su mirada implacable, mi labio tiembla y mis uñas se entierran en mis palmas cuando no se mueve y