STAVROS
—Eso es lo que tanto querías —se ve confundída —tú y tu hermana están locas por las vergas —lágrimas salen de ellas —apúrate que estamos retrasados.
—Eres un maldito –se levanta y la tomó del brazo.
—No creas que, porque me la chupas las cosas son diferentes, eres mi esposa y es tu deber cumplir con tus responsabilidades maritales—la empujó —ponte este.
Salgo guardando mi polla y más irritado que antes, personas me observan pero las ignoro buscando más bebida alicorada para calmar mi mal humor llenando prácticamente el vaso que me bebo de un solo golpe, escojo algunas joyas para ella mientras los minutos pasan y mi mal humor aumenta al verla salir con un vestido dorado que realza el color de su piel, sus ojos verdes mentiras y deja ver aún mujer esbelta y realmente hermosa.
Indignada pasa por mi lado y sonrió siguiéndola, observando sus nalgas que se marcan a la perfección recordando el lunar que tiene en una de su carne blanca.
No emitimos palabra hasta llegar al restaurante