ANDROMACA
Siento que me congeló y mi cerebro no funciona, no entiendo nada y desvío mi mirada buscando una salida, pero todo se me hace imposible cuando siento un peso en el cuerpo debido al miedo, comienzo a sudar frio y a temblar con la mirada violenta del hombre que luce amenazante en su traje de tres piezas y su porte de mafioso peligroso.
—¿Dónde está mi hermana? —rompo el silencio cuando su mirada no se aparta de la mía y debo desviarla porque siento que me quema el alma y mi intimidad se humedece cuando el humecta sus labios—¿Qué le has hecho?
—Aun nada—responde—pero voy a causarle mucho dolor cuando la encuentre, pero mientras eso sucede tomaras su lugar.
—No soy mi hermana—comento enojada, aterrada por la situación, ¿tomar su lugar en que? No pregunto por el miedo a su respuesta.
—Pero si tienes su maldito rostro—declara apretando su mandíbula con rabia, el ambiente se calienta con su forma brusca de expresarse—por ese simple hecho cargas sus culpas, sus deudas y responsabili