ARTEMISA
—Hoy no lo trataremos, pero llegaremos a eso y quiero que lo ataques.
No puedo evitar llorar.
—Llorar es bueno, ayuda a sacer veneno del alma—me dice manteniendo la misma posición, no se mueve y yo tampoco—dime a que te dedicas.
—Soy puta.
No tengo otra cosa que decir.
—Y porque lo dices de esa manera tan displicente.
—Lo digo con el tono que se merece.
—¿Te avergüenzas de ser prostituta?
—No se hacer otra cosa que eso, seducir y complacer hombres para obtener dinero fácil.
Su mirada me intimida, sus ojos azules me recuerdan unos que no se como reaccionare cuando los llegue a ver.
—Eso no responde mi pregunta.
Cambiamos de tema pregúntame mas cosas de mi vida personal, respondo pegada a la puerta porque aquí me siento segura.
—Nos veremos pasado mañana.
—Adiós.
Salgo rápidamente arrastrando a mi hermana para escapar de aquí, respiro con tranquilidad porque me estaba asfixiando, fueron las dos horas mas largas de mi vida.
—¿Y? —pregunta Andy
—Bien—comemos helado—pasado mañana