capitulo 9
Veo cómo Santiago se pone de todos los colores por la rabia que tiene, y cuando noto que está a punto de irse para hacerle quién sabe qué a Julián, lo tomo del brazo para detenerlo.

—Espera, Santiago, no hagas nada, te lo pido —le suplico con lágrimas en los ojos.

—Mira cómo te dejó. Puede ser mi hermano, pero es un animal. No lo reconozco.

—Lo sé, yo tampoco sé qué le pasó, pero no quiero que hagas nada. Voy a terminar con él. No puedo estar con una persona violenta, pero, por favor, no hagas nada —este suelta un suspiro y, al verme tan mal, solo asiente y me atrae hacia su cuerpo, dándome un abrazo protector.

—Ven, vámonos de aquí, ya es muy tarde —me subo a su auto, y empieza a manejar, pero poco a poco mis párpados comienzan a pesar, hasta que me quedo profundamente dormida.

Me despierto en una superficie blanda, muy cómoda, mejor que mi cama... Esperen, ¡esta no es mi cama! Me levanto de golpe y, al hacerlo, siento un terrible dolor en mi rostro. Me percato de que no estoy en mi h
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