67.
Paso la cuchara de un lado al otro, a centímetros de sus fosas nasales. Lo intenté hace cuatro horas, pero no funcionó. Antosha, gustoso, se comió lo que preparé; al menos me sirvió para mejorar la receta. Ivaylo gruñe cuando no despierta. Alejo la cuchara de su rostro y Antosha abre la boca. Le meto la cuchara y, de inmediato, traga. Ni siquiera degusta lo que le doy, solo lo devora. Un completo desperdicio de mis habilidades.

—Comida... —ambos volteamos al escucharla—. Comida rica... mmm... rica, rica.

Sonrío. La he escuchado hablar dormida antes. Todos sus sueños son con comida. Antosha también lo hace. Ambos tienen mucho en común. Le quito la taza a Antosha, quien estaba dispuesto a comérsela. Acerco de nuevo la cuchara a su rostro, pero esta vez esparzo un poco en sus labios. Su pequeña lengua de inmediato atrapa la crema. Por unos segundos no hay reacción de su parte, hasta que abre los ojos. Sus pupilas están dilatadas. Me río al ver cómo abre la boca. La comienzo a alimentar y
Asíntota

¿Qué piensan del vínculo? ¿Qué piensan del doctor? ¿Qué piensan del final?

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