Es lunes por la mañana y voy retrasada me he quedado dormida, mi alarma no ha sonado y camino deprisa por el pasillo que me lleva al aula donde tengo clases, antes de poder alcanzar la puerta, alguien sujeta mi muñeca y me gira con suavidad, pero choco contra el pecho de alguien. El olor del perfume de Zero inunda mis fosas nasales y sonrió como estúpida.
— ¿Tienes prisa? — comenta sonriendo con arrogancia.
Me pierdo unos instantes en esa expresión antes de asentir y reír nerviosa
— Sí, me quede dormida
— Que lastima, pensaba invitarte a desayunar — comenta acercándose a mi boca y dejando un casto beso sobre mis labios que me sorprende.
— ¿Qué haces? — murmuro atontada.
— ¿Besarte? — responde confundido y niego
— No, dijiste que sin acercamientos en la universidad — el respira profundo y asiente
— Se lo que dije pero… — hace una pausa y mira a su alrededor, luego sonríe antes de continuar — aquí no hay nadie, todo el mundo está en clase, vas tarde… — me recuerda divertido haciendo que