Antoni en el marquesado junto a su padre en el despacho de este, se encontraba un poco pensativo, no entendía cómo sus hombres no eran capaces de comunicarse con la gente del imperio vecino, aunado a eso algunos no habían regresado, por supuesto que el culpable de esto era el emperador de ese lugar.—¿Qué te pasa? —le preguntó su padre tras el escritorio, quien se encontraba arreglando unos asuntos del marqués, este miró fijo a Antoni —¿Qué has estado haciendo? Se que has enviado a hombres fuera del marquesado y que algunos aún no regresan, pero eso parece no detenerte.—Estoy ayudando a la señorita en algunas cosas, aunque le he dicho que se detenga no lo hace.—¿Hasta cuándo seguirás con esto? Sabes que esa mujer jamás se fijará en ti, tú solo significas una descarga para ella.—Papá, no hables de esa forma de ella, el marqués puede ir contra ti.—Solo digo la verdad, tú eres mi hijo y me preocupo por ti. Temo que por ella seas capaz de morir cuando nisiquiera es tu pareja destinada
En la mansión Elizabeth disfrutaba de un momento de tranquilidad junto a sus hermanas y Mery en el jardín, mientras sus padres jugaban ajedrez con Paula y sus hermanos y cuñados estaban en el área de entrenamiento, un tiempo de chicas era lo que necesitaba.La conversación era un tanto candente debido a Samira y sus consejos matrimoniales, aunque Mery aún no estaba casada estaba bien empapada en el tema, siempre se preparó para una noche fogosa con el lobito que deseaba tener, así que el tema no resultaba molesto.Elizabeth mantenía silencio aunque sus mejillas estaban rojas, cada palabra que decía Samira la llevaba al momento en el que el celo de Estefan sucedió, percatándose de todo lo que hizo aquel día.—Y en el celo es peor, terminamos convertidas en unas muñecas de trapo que lanzan de aquí para allá —dijo Samira y en cuanto vio a Elizabeth sonrió —¿No me digas que ya sucedió? —ella solo asintió a la pregunta —Fue grandioso ¿Verdad?—Samira, ni me lo recuerdes, por lo menos la he
En el marquesado del norte perteneciente al padre de Yesenia, este se prepara para la llegada de Estefan. Un día antes recibió aviso por parte de sus hombres sobre su visita, esperaba que su hija no estuviera cerca cuando eso pasara.El marqués no sabía la razón que llevaría a Estefan a apersonarse en su territorio, pero se imaginaba que algo grave debió pasar.En la cabaña que se encuentra en lo más profundo del bosque, en dirección contraria a la gran ciudad Antonio recibe a su amada, a quien devora con sus labios.Ya está al tanto de la muerte de Gustab e imagina que los funcionarios del vecino imperio tuvieron el mismo final. Todo eso quiere hacérselo saber a la mujer por quién su corazón late con fuerza y su lobo se desespera.Después de comerse quedan rendidos en la cama, con una sonrisa y mirando al techo. Tras recuperar el aliento Antoni decidió hablar.—Yesenia, ¿Realmente no hay posibilidad que te olvides del duque?—Solo lo haré cuando logré destruirlo, con solo ver con mi
Estefan cayó al suelo golpeando su espalda con fuerza contra este, pese a esto Yesenia no aflojaba su mordida. —¡Maldita sea! Eres una desquiciada —antes de que Yesenia pudiera responder, Estefan con su mano libre la golpea en el rostro, un chillido ahogado se escuchó, por lo que dio otro golpe logrando que ella lo liberará y con sus pies la lanzó lejos. El marqués quien miraba la escena se transformó y fue hacia Estefan golpeándolo con su cabeza, aquel golpe en su abdomen lo hizo elevarse y caer a algunos metros.“No toques a mí hija” —Estefan tras la caída soltó una carcajada que retumbó en el oído de todos, poco a poco fue levantándose hasta quedar de pie. Arregló su ropa, mientras el marqués veía a Yesenia quien sacudía su cabeza, aquellos golpes la llevaron a sentir mareo momentáneo.Elías, Paul y el resto solo veían la escena, aunque el marqués se unió a luchar contra Estefan, el resto aún no veía conveniente intervenir, los hombres del marqués se encontraban igual que ellos s
Yesenia sobre su caballo cabalgaba desnuda sin un destino fijo, solo quería alejarse de ese lugar ya que ver a Estefan con aquel rostro de indiferencia era doloroso, las lágrimas corrían y en ellas había una mezcla de dolor, irá y amor, recordaba los continuos rechazos de parte de Estefan y aún así no entiende porque lo desea tanto.“Tú debiste ser mío, ¡Diosa de la luna te repudio, ¿Por qué me hiciste esto?!”A pesar de todo solo tiene algo claro, Estefan también debería sufrir, por lo que aceleró su paso y tras encontrar un pueblo cercano y robar algo de ropa siguió su camino ¿A donde? Por supuesto que al ducado, confía en Antoni y está segura que lo que le dio sería de ayuda, ya casi oscurece, aún así ella no piensa detenerse.En el ducado…Elizabeth sin conocer todo lo que había hecho estos días Estefan sigue en constante preocupación, ha estado sufriendo por su ausencia y desea que regrese pronto.La compañía de su familia, Mery y también de Paula es de gran ayuda, las conversaci
En el centro de la ciudad de Caracas. Una joven camina, lleva sus brazos cruzados y unos audífonos en sus oídos. Su ropa era suelta, parecía que está no hacía contacto con su piel por lo que se notaba su delgadez. Le encanta la lectura, el arte, la música, todo aquello que la haga distanciarse por momentos de la realidad le agrada.La ciudad abarrotada de gente la hace sentir insatisfecha, le molesta la cercanía de los demás y los ruidos molestos que a diario debe escuchar.Tiene 23 años y trabaja de archivadora, un trabajo que solo eligió por beneficio, el cual era estar 8 horas de trabajo dentro de aquel pequeño espacio sin que la molestarán.No tenía contacto con sus compañeros. No quería entablar ningún tipo de relación. Ella prefería enfocarse en lo suyo nada más.Tiene su cabello negro corto hasta los hombros, lacio y con brillo, con ojos grises, sus labios son pequeños con un tono rosa natural y su piel blanca la hacia resaltar.Para todos es un misterio su silueta debido a la
Renata no sabe lo que sucedió. Lo único que sabe aún estando en la oscuridad es que el aire le comienza a faltar. Abre sus ojos pero la oscuridad continúa "¿Qué sucede?" Piensa mientras levanta sus manos y hay algo pesado sobre ella.Lleva las manos hacia los lados para sentir lo mismo "estoy dentro de una caja" su respiración comienza a acelerarse al darse cuenta de lo que sucede. Una caja, dificultad para respirar. "¡Me quieren enterrar viva!".Comienza a golpear aquella caja con fuerza mientras grita que la ayuden.—Ayuda —eso fuera se escucha suave, tan suave que es casi imperceptible para todos.Una mujer de mediana edad vestida de blanco de cabello negro de pequeñas ondas, lo lleva cubierto con un pañuelo blanco largo que lo cubre casi en su totalidad, sus ojos azules están empañados por las lágrimas que a derramado siendo bordeados de rojo, está arrodillada a un lado de aquella caja de piedra blanda mientras llora la muerte de su hija —¡silencio! —aquel grito hace que los prese
Renata no podía entender lo que sucedía. Solo que el nombre del Duque le recordó dónde estaba, aunque la chica en la que está ahora se supone que moría.Se acostó en la cama mirando al techo —maldicion, ¿Cómo me sucedió esto?Renata se había dado cuenta que estaba en aquella historia de lobos que no podía dejar de leer, se llamaba Tu eres mi luna. Aunque no pudo llegar el final puede imaginarse el final feliz.Elizabeth no es más que la chica que muere al inicio de la historia, según la descripción se ahogó en un pozo debido a un accidente. Y por sus recuerdos sabe que es real, nadie la atacó, ni atentó contra ella.Aún así su muerte influyó en el estado anímico del Duque. Este se desprendió un poco de sus deberes dejando de asistir a las reuniones. Por lo que el emperador terminó por ceder su título a otra persona y él fue degradado, su familia perdió todo debido a la perdida de su hija.Saliendo de esta forma de la historia que se centró en la hija de el Márquez Barrios que era amig