Voy a tener que salir y enfrentarlo...
Él solo está en una toalla...
Cierro los ojos, me reclino contra la pared de azulejos y pienso en esa pequeña habitación.
¿Dónde dormiremos? Osea, el único otro lugar es la entrada estrecha frente a la puerta. Podría poner dos toallas en el suelo…
Mi estómago vuelve a rugir cuando alguien llama a la puerta.
"¡Sí!", grito, asustada debido a propia voz fuerte.
"Has estado allí por un tiempo, ¿estás bien?".
"Sí", respondo. Cierro el grifo, salgo y me envuelvo con la toalla.
"Bueno".
Suspiro suavemente, sabiendo que tendré que afrontar esto de una forma u otra. Secándome, me vuelvo a poner la lencería húmeda y su camisa.
Huele a él...
Levanto la tela y la acerco a mi nariz, inhalando suavemente.
Mi aroma favorito.
Miro hacia la puerta, todavía dudando en salir.
Limpio la condensación del pequeño espejo que cuelga sobre el fregadero y me paso los dedos por el pelo.
Bueno, sal allá….
Tomando un último aliento, vuelvo a entrar al dormitor