Perspectiva de Sofía
Cuando la boda de Diego terminó, yo me había marchado hacía tiempo.
José, mi hermano, nos había escoltado personalmente a los gemelos y a mí, de regreso a casa. Oficialmente habíamos vuelto a ser parte de la familia Morales.
Me crie junto al mar, en una casa bulliciosa y luminosa de Los Ángeles. Mi estancia en Nueva York nunca fue pensada como algo permanente, solo me quedé allí por Diego. Construí una vida para él y me conformé con estar a su lado.
Pero siempre había pertenecido a ese lugar cerca del océano, con mi familia.
Desde que decidí dejar a ese bastardo egoísta y arrogante, había estado planeando cómo hacerlo correctamente.
Porque Diego... era el tipo de hombre que nunca me dejaría ir. Incluso sabiendo que era incorrecto mantenerme bajo el mismo techo que Valeria, sabiendo cuánto me destruía eso, aun así, se habría aferrado a mí. Así que tuve que desaparecer de manera limpia y permanente.
Curiosamente, fueron aquellos matones del centro comercial quienes m