DÍA 3 ANTES DE MORIR

La luz molestaba a gran escala, no entendía por qué las personas eran tan insensibles, era una mujer moribunda descansando de la mejor noche de su vida

Ella estaba molesta, irritada, tanto así que levanto la mirada y observo a aquella que se encontraba quitando las cortinas del enorme ventanal

Su ojo estaba igual o peor de los que ella consideraba que veían los suyos, su gesto aburrido y cansado, parecía demostrar que no estaba para nada contenta

Sin contar con el hecho de que se preguntaba ¿Qué hacía allí tan temprano? De verdad que no entendía por qué Fia, le gustaba tanto su trabajo

Al menos cuando muera podía descansar un poco, estaba segura de que su nana la impulsaría a descansar, tal vez a que se fuera de viaje

Debía dejar todo lista para su amiga y secretaria, tal vez unas merecidas vacaciones, justamente después de morirse, sin duda eso le ayudaría

Quizás y encontrara el amor de su vida en aquel viaje, ya podía imaginarse a su miga, con hijos, un esposo que la amara como nada y viviendo feliz

No pedía nada menos, por lo menos eso pensó por unos segundos, cuando solo se cuestionó que sin duda eso de morir la estaba volviendo una sentimental

Terrible, era sin duda lo peor, por lo menos era la gran Isobel Gray, no podía ser una sentimental, no cuando ella ya tenía viejos recuerdo de ser sentimental, nada bueno sin duda

—¿A quién tengo que matar para tener un poco de sueño? ¿Qué no les basta con saber que voy a morir? ¿Por qué despertarme?

Fía, mostró un gesto bastante mal humorado, parecía ser que las bromas sobre la muerte de Isobel, no le agradaba mucho

El problema era que esta parecía gustarle mucho hacerlas, parecía ser que hacerlas, la ayudaba a alivianar la carga de su muerte

—Debes asesinar a tu visita, me temo que estoy aquí justamente por eso, ya que me encontraba durmiendo en la cocina, cuando el mayordomo me indicó que fuese por ti, que tenías una vista sumamente importante

—¿Importante? ¿Quién?

—Yo que voy a saber, no pregunte, estaba medio dormida…

—La peor secretaria, recuérdame que te despida para cuando muera…

De nuevo aquellas malas bromas, Fia la observo con fastidio, aquella mirada parecía muy común, sin duda estaba aprendiendo bien de Isobel, quien era muy buena para hacer aquella mirada

Hacia la secretaria, mientras con un gemido lleno de molestia se levantó, aquella se había mareado, estuvo a punto de caer, Fia la sujeto

Su mirada llena de preocupación, su gesto parecía mostrarse como el de la persona que estaba a punto de hace un escándalo, algo que impidió Isobel de inmediato

No estaba dispuesta a que hicieran un escándalo, no cuando había alguien que no era parte de la familia Gray, pues aquellos tontos hombres sabían perfectamente

Que ella no deseaba que la molestaran, por lo que, si eran astutos, no eran quienes la esperaban

—No te atrevas, no necesito más escándalo, ahora… Suéltame, ya paso el mareo, voy a tomar las medicinas y tú te tranquilizarás…

Fía no dijo nada más, libero de su agarre a Isobel, y noto como aquella tomaba sus medicinas, no le agradaba, aquellas solían causarle demasiado sueño a su amiga

Solía marearse y muchas veces incluso parecía fastidiada con dolores de cabeza, pero parecía ser no mucho, después de todo, su amiga moriría

No quería ni imaginar sin aquellos medicamentos, ¿Cómo no estaría su amiga? El corazón de aquella se afligió por completo

Mientras notaba que esta parecía tomarlo todo de una manera tan calmada, tan tranquila que solo causaba un gran dolor en su pecho

—¿No te afecta?

La pregunta de Fia, logro sacar de sus pensamientos a Isobel, aquella que secaba su cabello después de una merecida ducha regeneradora

—¿Qué? ¿Sabes que voy a morir? No…

Fría frunció el ceño, no comprendía que hablaba su amiga, ¿de verdad no le afectaba?

¿De verdad no estaba mal por aquello? Sinceramente no comprendía

—¿De verdad? ¿De verdad no te duele que me dejaras? ¿Qué madre llorará demasiado por ti? Que tu familia que ella…

—Soy la razón por la que no me duele, ellos me enseñaron que no importaba que hiciera, que no importaba nada en esta vida, que yo no importaba, ellos me destrozaron desde que era niña, al ser no más que ignorada por mi propia familia, pero entonces cuando creía que no tenía nada, que no era nada, comprendí que las tenía a ustedes, que tenía todo lo que jamás pude soñar a su lado y por ello, solo puedo estar agradecida y llena de felicidad, además de esperar la muerte en paz, porque para alguien que no creía que valía nada, tenerlas a ustedes es más que suficiente

Los ojos de Fia se llenaron de lágrimas, su expresión se convirtió desolada, mientras Isobel, solo mostró un gesto fastidiado porque de nuevo lloraría

—Isobel… Te voy a extrañar demasiado, si yo pudiese…

—Tranquila, aún me quedaré unos días, más, guarda esas palabras para luego, ¿está bien?

Ella habló de una manera tranquila, mientras sus ojos, estaban tan llenos de lágrimas, llenos de aquellos que demostraba que sin duda no quería tocar el tema

Tener que asimilar que efectivamente moriría, que, a pesar de todo, ella sí estaba afectada por la situación que aparentaba no importarle

—Ahora vamos, veamos quién es esa vista molesta

Ella no debió preguntar, pues justamente luego de bajar las escaleras y encontrarse con el hombre frente a ella, su gesto se mostró completamente molesto y aburrido

—Espero que después de la noche pasada, ya hallas recapacitado, está bien acepto que tal vez querías hacer un acto de rebeldía antes de casarnos, pero no vuelvas hacerlo…

Aquel no la había saludado, solo había hablado sin más, mientras Isobel, fruncía el ceño y lo observaba como si aquel se le hubiese zafado un tornillo

—¿De qué hablas? No comprendo…

Jonas estaba completamente molesto, ¿no comprendía? Ella había ido a los rines, además había fotos de ella en una disco bailando en una mesa

Las locuras que había hecho, jamás imagino que haría semejante disparate, justamente la había perseguido la noche anterior, por qué imaginaba que solo era un acto de rebeldía

planeaba tomarla del brazo y llevarla a casa, mientras él aclararía que su compromiso no se cancelaría, que las cosas no eran como ella decía

Quería ir por ella, para demostrarle que el que mandaba en aquel trato suyo, aquel impuesto por su padre, era el quién mandaba

Pero aquella era como un gusano escurridizo y no había logrado encontrarse con ella, en toda la noche, a pesar de que la había perseguido sin parar, gracias a su investigador

A quien había tenido trabajando toda la noche

—¿Te volviste loca? Lo que hiciste anoche, tu comportamiento, todo, esa escena de anoche te diré algo…

—Cállate… Tengo una terrible jaqueca y tú no dejas de hablar y hablar, creía que ya todo había quedado más que claro la noche anterior, no somos nada, no tengo, por qué soportarte, así que dejemos todo así, es más aprovechando que estás aquí… Fía, ¿la traes por favor?

Aquella no tardo nada en comprender, sin más había salido corriendo fuera de la sal de estar, mientras Jonas observaba a Isobel, como si fuese no más que una extraterrestre

La verdad era que no comprendía nada, no lograba entender a qué iba aquello, porque esa mujer actuaba de una manera tan extraña

—Pero ¿Qué? ¿Tú?

Las palabras de su amante Megan habían llegado a su cabeza, aquellas de las que hablaba de una chica mala que todo lo tenía cronometrado

Que cada uno de sus actos no eran más que fingidos, que solo era una chica mala fingiendo ser buena y aquello logro inquietarlo

Por lo menos por minutos, mientras notaba que Isobel, solo se observaba las uñas como siempre solía hacerlo y parecía contar algo en su cabeza, mientras movía su cabeza de un lado a otro

Aquello lo hacía desde niña, era imposible, ella no fingía, solo estaba pasando por una etapa que lo estaba afectado de sobremanera y no estaba dispuesto a soportar

—Bien… ¿Por cuánto tiempo tengo que soportar esto?

Isobel, lo observo, parecía no comprender, pero entonces conociendo al ególatra de su ex prometido, seguramente creía que era una fase

Una que al final de cuentas se podía decir que era verdad

—No lo sé… ¿Un mes tal vez?

Ella sonrió dulcemente, mientras Jonas fruncía el ceño y creía cada vez más que la mujer estaba más y más loca

—Si necesitas ayuda, si necesitas que te internemos en un centro yo…

—Eso ni pensarlo, solo tengo un mes, y no dejaré que encierres en un centro para locos, porque no quiero estar contigo, así que te diré algo amigo…

Ella, caminó hacia él, lo señalo con su dedo, mientras Jonas, la observaba no solo sorprendido, algo en sus ojos se encendieron

Justamente cuando el pequeño cuerpo de Isobel, se acercó, mucho más de lo que lo había hecho en toda su vida de conocerse y lo observo directamente a sus ojos

Justamente cuando adsorbió todo de él con su mirada y su postura imponente, mientras lo señalaba con su dedo y hablaba de manera feroz

—Si arruinas mi mes, si haces algo que me haga molestar, te voy a hacer sufrir…

Aquella se alejó y solo una frase vino a la cabeza de Jonas

—Una pequeña mafiosa…

Isobel, no presto mayor atención, Fia había llegado, ella recibió una hoja de papel, aquella que paso a Jonas de manera agresiva

Mientras este la recibía de manera obediente y seguía asordó sin perder la mirada de aquella mujer tan fascínate que parecía haber conocido recientemente

A pesar de tenerla siempre frente a él

—Quiero todo lo que está en esa lista dentro de media hora a esa dirección y si no está, ¡sufrirás!

No dijo nada más ella solo camino fuera de la mansión, Jonas observo a los hombres a un costado ¿cuándo habían llegado? No tenía la menor idea

Solo noto como aquellos tenían una pequeña sonrisa, una que no era de burla, era una como si lo comprendieran, como si le dijesen que ellos también se habían notado hacía poco

Pero ya era demasiado tarde, al parecer, fue entonces cuando Jonas observo la lista y se quedó sorprendido, pues al parecer aquello de tener un nuevo lugar de residencia era cierto

Tan cierto que cuando llegaron y el ascensor mostró la puerta, logro que Fia observara a su amiga como si fuese efectivamente la demente de la familia Gray

—Eso debe ser un error, no hay forma de que…

—¿Qué? Estaba a muy buen precio

—Claro que sí… Aquí hubo una masacre…

—Solo cuatro muertos no es mucho, ¿sabes el precio en el que lo conseguí, fue genial?

Aquella no podía creerlo, simplemente estaba estupefacta, fue entonces cuando noto como Isobel, mostraba una brillante sonrisa

Ella hablaba en serio, hablaba con tranquilidad, porque no le importaba lo que había sucedido, el hecho de que el lugar hubiese estado prácticamente abandonado desde hacía ya dos años

—Ese hombre asesino a su familia…

—Estás siendo exagerada, no asesino a su familia, asenso a su esposa y a su amante y luego se colgó

—¿Y dónde está el cuarto? Era un niño…

—Fatídica, eso no es verdad, el cuatro fue el que se colgó, por qué entro en banca rota…

—¿Qué no te da miedo eso? Por todos los dioses, ¿Qué no temes por nada de eso?

Isobel, observo a Fia, pareció pensarlo, de verdad lo hacía, pero entre más lo pensaba, no le importaba, ¿Qué era lo peor que le podía pasar?

¿Morir? Eso ya estaba más que declarado, porque no le importaba en verdad aquello de morir o siquiera aquello de que la espante

—Este lugar trae mala suerte…

Los pasos de Isobel, se detuvieron, observo a la mujer y frunció el ceño

—Lo peor que podía pasar es que no muera, ¿te imaginas? Eso sí sería mala suerte, yo mostré ante el mundo mi verdadera personalidad y al final no morir, si sería tener mala suerte, si eso pasa, te quitaré lo del apartamento

Fía negó con la cabeza, mientras entraba a su par, no había duda, el lugar era hermoso, tanto así que, en todo el día, mientras arreglaban todos aquellos muebles

Y demás enviados por los Crawford, o más específica por Jonas Crawford, quien incluso un ramo de flores enviado por Jonas

Flores que terminaron en la basura, al igual que la tarjeta que Isobel, no se molestó siquiera en leer

“no quería nada de mala suerte” había dicho, mientras Fia se preguntaba, si no bastaba con recibir los muebles de aquel, o incluso vivir en el apartamento maldito

Pero la noche había llegado, y ella debía volver, mientras temía en dejar a Isobel, en aquel lugar, pero aquella había caído completamente dormida en su nueva cama

Mientras ella dando un fuerte suspiro solo pudo salir del lugar, observo al hombre que entró en el apartamento frente a su amiga y suspiro rogando por qué no fuese ruidoso

pues no había nada más molesto para Isobel, que las personas escandalosas, era una lástima que aquel no escuchar sus pensamientos

Pues en bien llego había encendido los estéreos a todo volumen, mientras quitaba su camisa e iniciaba a ejercitarse, o más bien intentaba quitarse todo aquel sentimiento que lo agobiaba

Lo intento, por lo menos, hasta que el timbre de su hogar parecía querer estallar, en lo que, al abrir sus ojos, observo un par de brillantes cuencas azules

Aquellos que al verlo brillaron, mientras la mujer frente a él, pareció ser no más que una ilusión, una que no imagino jamás tener, pues

¿Qué hacía allí la hermosa chica rubia del vestido rojo?

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