Al escuchar las sinceras palabras del lobo, Anna le sonrió agradecida y continuó su relato.
Al saber el verdadero origen de su alfa, Byron entendió porque estaba siendo tan cuidadoso a la hora de planear su futuro viaje, y ahora, gracias a lo que Anna contaba, podía sospechar cuál sería su segunda parada tras visitar las ruinas del aquelarre de Gael.
“Lo sabías todo ¿verdad?”–le preguntó a Gino
“De principio a fin, el día que me llamaron a la oficina del alfa para contarme todo, acababa de cumplir los dieciocho, sinceramente, estuve en shock durante días al saber que tenía frente a mí al legítimo Rey Licántropo”
“Ahora entiendo porque su voz alfa es más poderosa que cualquiera, no sólo era su poder…”
Tras intercambiar esas palabras, los dos volvieron a prestar atención al relato de Anna.
Anna se sentía orgullosa de poder mantener una fachada tranquila, porque, de hecho, en su interior se encontraba desolada, pues hablar de su abuelo y del famoso consejero, realmente la ponía mal,