Mientras que en Loto de Luna las cosas comenzaban a calmarse, en Arcadia, la guardia real había sido convocada al jardín frontal del palacio, donde Tabatha y Mendel, esperaban que todos terminaran de formarse.

― ¿Los dejaste solos? ―le preguntó Tabatha a Mendel con voz queda ― ¿No temes que tu hechizo se debilite?

―Se debilitará un poco, sin embargo, la familia se ha reunido después de tanto tiempo, debía dejarles un momento de intimidad ―dijo Mendel con una sonrisa

― ¿La familia? Te recuerdo que perdimos a Máximus ―gruñó Tabatha

―Lo recuperaremos en dos días y entonces, y, solo entonces, iremos por la princesa ―

― ¿Dos días? ¿Tanta confianza te tienes? ―preguntó Tabatha incrédula

―Sí, no hay lugar en esta isla que no conozca, además, tú y yo somos los únicos hechiceros aquí, si alguien usa magia, lo sabremos ―dijo Mendel antes de dar dos pasos al frente ― ¡Soldados y trabajadores de Interlunio! ―exclamó cuando los soldados finalmente terminaron de formarse ―Lamento haberlos reunido a