11. Tango
Durante las próximas semanas, mis peleas con Alexander se habían reducido por el mero hecho de que estaba planeando con mi abogado qué hacer sin que él se enterara. En esos días, me tocó organizar la fiesta anual de los empleados, la cual solía realizarse en junio, un momento ideal para festejar.
Mi asistente se ocupó de coordinar con nuestro equipo de relaciones públicas para elaborar una lista de invitados, la cual firmé sin revisar, ya que estaba ocupada con mis asuntos legales. Aquella noche dejé a mis hijos al cuidado de mi madre ya que, aunque prefería no asistir a la celebración, como CEO no podía eludir estos eventos sociales.
Llevaba un elegante recogido en el cabello que combinaba con mi vestido dorado. Una tela fina que se deslizaba como una cascada, creando un contraste visual tan sutil que me hacía sentir como una criatura marina. La sofisticación y elegancia se hacían evidentes gracias al resplandor del vestido y a mi maquillaje.
El evento se destacaba por su refinamie