Narra Elise
No sé qué es lo que está pasando por la mente de Reymond, pero, con cada expresión o comentario que realiza, me hace sentir extraña. Es como si él fuera una persona diferente porque no se enoja fácilmente, ni es frio y despiadado como antes.
— Parece que incluso en los alfas existen cambios grandes en sus actitudes. — digo y él parece salir de eso que tanto medita.
— ¿Por qué lo dices? ¿Ahora soy peor? — pregunta él preocupado.
— No, me agrada como eres ahora. Es más parecido a lo que creí que viviríamos juntos.
— Me alegra escuchar eso. Porque si hay algo que quiero cumplirte, es la promesa de vivir felices juntos, por lo menos, aunque sea en nuestra última vida.
Termino de comer y Reymond se marcha con unos libros prometiendo que en dos horas volverá para que salgamos de aquí. Así que, sin la presencia de Reymond, relajo mi cuerpo y desecho todo pensamiento que tengo sobre lo que he vivido, para concentrarme en mi embarazo y mi recuperación.
‘No debo tomar como al