131| buscar la verdad.
Helene sintió de nuevo el golpe de la decepción, era como un cuchillo afilado que se le clavaba en el vientre y cada vez hacía un agujero más y más grande. Miró a la mujer con todas la esperanza de que le dijera que una mentira, que eso no podía estar pasando, pero la otra la miró con frialdad.
— por favor, ¿es verdad? — la mujer asintió con frialdad.
— sí, creo que ya lo enterraron en el cementerio del pueblo — Helene negó con vehemencia.
— por favor, tiene que ayudarme — dijo — mi esposo se está muriendo, necesito que lo cure — la mujer le dio la espalda mientras ponía la porcelana en el armario de arriba.
— no sé de qué está hablando, ese hombre no era más que un borracho que le gustaba pelear en las cantinas, se había tardado demasiado antes de que lo mataran — Helene tuvo que hacer un poco de esfuerzo para entender lo que decía la mujer. Su inglés no era muy bueno, pero negó.
— no se haga la idiota — le dijo ella con rabia y está vez se le prestó atención — usted no me quiere de