--- Dominik Müller ---
Cuando por fin llegamos a mi camioneta, Ana llevaba las mejillas más rosas que de costumbre. Le ayudé a subir a la camioneta y ajusté su cinturón de seguridad.
Ella quería aparentar sobriedad, pero básicamente estaba demasiado mareada, casi no tardó en llegar a casa, al final tuve que bajarla cargando, ella estaba completamente dormida.
Entramos al apartamento y la llevé inmediatamente a su habitación, le quité el abrigo y sus botas, ella medio despertó, me miró y sonrió.
- Señor Müller es usted un hombre muy atractivo… Debería vestirse así más seguido… - Dijo tratando de hablar lo mejor que podía. – Seguro así conseguiría a una chica linda, guapa y hermosa.
- ¡No necesito buscar una! Ya le tengo, pero no se da cuenta… - Dije sin pensar o sí, pero ciertamente aproveché que ella no recordaría nada.
- ¡Gracias! Hoy me la he pasado muy bien… - Dijo Ana haciendo un esfuerzo sobre humano para mantenerse despierta.
- ¡De nada…! Tal vez podamos hacer un hueco y repetir