--- Bruno Wilson ---
- Bien, dime, Dominik, ¿A dónde quieres que te lleve? ¿Te llevo a tu casa con tu amorosa esposa o te quedas en la mía? – Digo viendo al hombre sentado a mi lado.
- Hoy no quiero verle la cara a Elena, déjame quedarme en tu casa. – Dice con la mirada perdida en el camino.
- Está bien, pero no quiero que pienses que siempre será así. Soy tu amigo, pero no quiero tener problemas con Annalena o con Elenita, mucho menos con Mauro, el cual, desde que te casaste con la hermana, lo tienes pagado como una sanguijuela.
- Bruno… Estoy cansado, ¿Podríamos solo ir a tu casa y no hablar más por lo que resta del camino?
- ¡Claro que podríamos! Pero no quiero, solo quiero que entiendas, el hecho es que pasaron 5 años, te casaste, como sea que haya sido, te casaste y en ese momento, cuando le pediste matrimonio a Elena, sabías perfecto lo que hacías, estabas enamorado.
Que ella no haya sido ni un tantito parecida a Ana, no es su problema, el problema, mi querido amigo, es que