--- Ana Teyssier ---
Cuando Alexis me llevo al balcón, estaba más emocionada por ver el atardecer desde esa altura, no puse mucha atención a donde me llevaba, no vi nada fuera de lo normal; sin embargo, cuando entramos me doy cuenta donde estaba, era una amplia habitación, tenía una cama enorme, sabanas elegantemente grises cubrían esta, todo estaba perfectamente acomodado.
¡Dios! Esta era la habitación de Alexis, por un momento, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, todo el lugar estaba inundado de su aroma, ese aroma cítrico invadía mi nariz, comencé a sentir gran nerviosismo, ¿Cómo demonios no me di cuenta?
- ¡Ven! – Dijo Alexis tomando mi mano y jalándola para un sillón que estaba en la habitación.
Vacile un poco, quería salir huyendo de esa habitación, pero ya estaba ahí y él me estaba sujetando, en mi mente sonaba la frase que él me había dicho: “No haré nada que TÚ no quieras que haga”, con eso me tranquilizó y avanzo hacia el sillón. Este era amplio y cómodo, perfectamente ca