--- Héctor Plourde ---
- Hijas, princesas, vayan a darse un baño que huelen a quesito… Voy a ver si su mamá ya llegó o le marcaré para ver a qué hora llegará. -digo mientras veo cómo mis dos amores corren hacia su habitación.
- ¡Sí, papa! -responden a unísono.
Entro a nuestra habitación y, para mi sorpresa, ella aún no llega. Se me hace extraño porque ya es tarde, así que le llamó, pero es extraño, inmediatamente me manda al buzón.
Llamo a su guardaespaldas y lo mismo, esto me suena extraño, por lo que le llamo al jefe de guardaespaldas y lo que me dice me deja helado.
- Señor, le hemos perdido el rastro a nuestro compañero, pero ya estamos buscando por todos lados videos para ver qué sucedió.
- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué no me habían dicho nada?
- Señor, estamos trabajando, ya mandé a un grupo de hombres a buscar a la señora. Realmente no sabemos qué ocurrió, pero ya la estamos buscando y trabajando en ello.
- ¿A qué hora maldita se pensaban decirme? -digo evidentemente molesto.
- Creíamos