--- Alexis Betancourt ---
Eran las 4:00 am me levanto con más sueño que el de costumbre, Ana y yo tuvimos una larga noche, aún no puedo quitarme el asombro de que ella aceptara una relación de esa índole conmigo, al menos no me rechazo.
Ella teme enamorarse de mí, pero yo sé que 3 meses es suficiente para que se dé cuenta de qué clase de hombre soy, se aburra y me deje, ¡Lo sé! No lo estoy prediciendo, pero me conozco y sé que, por más que lo intento en poco tiempo, sé que siempre termino echando todo a perder.
Debo reconocer que Ana me ha sacado de un letargo en el que estaba sumido, digo, me siento con un maldito escuincle, quisiera tomarme unas largas vacaciones y llevarla conmigo hasta donde ella me aguante. Aunque seamos realistas, ambos debemos trabajar y ella se ha esmerado por el puesto que consiguió fuera del país, yo no puedo negarle esa oportunidad, lo único que puedo hacer es aprovecharla mientras pueda y luego soltarla.
Luego de admirarla un poco desde el marco de la puert