--- Ana Teyssier ---
La mañana fue una locura, luego de una “tranquila noche”, Dominik y yo vamos rumbo al aeropuerto, apenas y alcanzamos a llegar.
Estoy un poco desvelada, pero ahora en el avión podré dormir un poco, son 5 horas, las cuales son perfectas para descansar y recuperar las pilas.
En menos de lo que imaginamos, llegamos al aeropuerto de la ciudad de México. No puedo negar que me siento un poco nerviosa.
En los dos años que fui asistente de Dominik, nunca vine a México, de hecho Dominik, venía, pero en compañía de Bruno.
Ahora, tan pronto como veo que debemos bajar del avión, mis manos comienzan a sudar, yo comienzo a temblar. Montones de recuerdos llegan a mi mente, montones de imágenes aparecen frente a mí, Dominik, tal como si me sintiera, toma mi mano fuertemente y me ayuda a bajar del avión.
- ¡Tranquila! Todo estará bien, solo serán unos días y luego regresaremos a casa… - Dice y me sonríe, yo inequívocamente le devuelvo la sonrisa.
Pareciera ser otro, apenas hace u