🕴🏻
Volver a la torre Valtieri había sido un impulso. Una especie de intento por recobrar algo de dignidad después de tantos días navegando sin rumbo, literalmente. El lago lo había envuelto con su engañosa calma, pero ni el agua ni el viento lograron apagar el eco de sus errores. Alina seguía llamando. Él había cancelado las últimas dos sesiones con excusas vagas, y aunque no se atrevía a enfrentarse a su mirada —no todavía—, tampoco encontraba el valor para cortar ese vínculo que ya había cruzado demasiados límites.
Pensó que tal vez la empresa le daría sentido. Volver a su escritorio, a los números, al control. Pero lo que encontró fue otra cosa.
Informes ya firmados. Proyectos ya ejecutados. Reuniones reasignadas.
Y todo sin él.
Céline no lo había desplazado con malicia, sino con eficiencia. Al parecer, llevaba semanas cubriendo sus funciones sin una queja visible. No le había hecho reproches. No había confrontado su ausencia. Solo… lo había reemplazado.
Eso dolió más