Capítulo 32
Amara se sentía abrumada mientras caminaba hacia la habitación de Luciano. La noche anterior había sido un torbellino de emociones, y el peso de la decisión que había tomado la seguía persiguiendo. A pesar de su corazón roto, sabía que debía cumplir con la última voluntad de su padre y viajar a Madrid. Sin embargo, había una condición que no estaba dispuesta a ignorar, ni a dejar que no se la cumplieran.
Al llegar a la puerta de la habitación que ocupaba Luciano, golpeó suavemente, sintiendo que su cuerpo aún estaba débil por la fiebre que había tenido. Sin embargo, cuando él abrió la puerta no pudo evitar notar la expresión de sorpresa en su rostro al verla ahí tan temprano en la mañana.
— Está bien, voy a viajar contigo — dijo Amara con su voz firme a pesar de su estado — Sin embargo, hay una condición que tengo y es que toda mi familia debe acompañarme en el viaje.
Luciano frunció el ceño al escuchar eso, sintiendo que la confusión lo invadía. No esperaba eso por parte