Capítulo 18: Pasado. Presente… Futuro
Recibí un mensaje de Dante a las once de la noche: subiría al avión.
Mi parte chismosa quería llamarlo, saber qué había hablado con su padre, si había sido maduro o si se había comportado como un adolescente resentido.
Cuando llegué, mi tío también acababa de regresar del hospital.
Había estado acompañando al padre de Dante.
Se veía serio, agotado, sin ánimo de conversación, así que decidí callar.
Más tarde, mientras veía televisión sin escuchar realmente lo que pasaba en la pantalla, empezaron a venirme todas las preguntas que quería hacerle.
Tomé papel y lápiz, y empecé a escribir.
Pero en vista de la situación, lo mejor sería ir con cuidado.
Primero tenía que tantear el terreno con Dante, saber si estaba con ánimos para “esto”.
Así que mi primera pregunta sería simple:
¿Estás bien?
¿Quieres hablar?
¿O prefieres pensar en otra cosa?
Si es así, te tengo preguntas.
Decidí esperar.
No necesitaba acosarlo con mis interrogatorios el primer día… ¿o sí?
Primera seman