Alaric

Me quedé muda por un rato, con el teléfono en la mano que decía: tuh, tuh. ¿Un vigilante? ¿Quién era y por qué quería hablarme en un lugar tan desolado a esas horas?

Me aclaré la garganta y puse de nuevo mi teléfono en el bolsillo, y fui a tomar de nuevo mi lugar, con una inquietud y corazonada acompañándome como una babosa. Me senté como si nada estuviera divagando por mis pensamientos siendo totalmente lo contrario, Rafael me había esperado pacientemente, aunque cuando le miré; había algo en su mirada, como si estuviera perdido en un pensamiento en el que solo existiera él, y yo, como de costumbre; comencé a sospechar de que tal vez haya oído la… más que conver

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