Narra Romina
Ha pasado casi una semana desde que pasé la noche una vez más con mi ahora esposo, a veces siento culpa porque era el prometido de Marce, pero ella…
¡Dios! No quería que pasaran las cosas de esta manera, yo realmente amo a Dante, pero…
¡No lo puedo creer! Simplemente no puedo, no me creo capaz de hacer algo así y menos a mi propia hermana.
—Cámbiate de ropa, Dante va a pasar por ti. Ah, y cuidado con decirle de tu embarazo. —¿Por qué no puedo decirle? Digo, tarde o temprano se dará cuenta de ello.
Me gustaría preguntarle, sin embargo, sé que me ganaré un par de cachetadas. Conociéndola, y yo en verdad debo estar tranquila por el bien de mi bebé. Así que tomo aire y dejo el trabajo aun lado y me voy a mi habitación a cambiarme.
La verdad ignoro la razón por la cual Dante quiera que salga con él, digo me agrada la idea, pero la ultima vez que estuvimos juntos volvió a ser el hombre frio.
—Apúrate, sabes que a Dante no le gusta que lo hagan esperar. —Respira, Romina.
Salgo y