POV de Enzo
El murmullo de las voces en la sala de reuniones se mezclaba suavemente con el zumbido del aire acondicionado y el clic de los bolígrafos de los directores. Las diapositivas cambiaban una tras otra en la gran pantalla frente a ellos: números, gráficos, proyecciones de ganancias. Todos hablaban de expansión, eficiencia y crecimiento del mercado.
Pero mi mente estaba en otro lugar. Miraba la pantalla, aunque lo que veía no eran informes financieros, sino la silueta de una mujer de cabello oscuro con una mirada que intentaba parecer fuerte, aunque por dentro estaba rota.
Elena Voss, o mejor dicho, Mathilda. Su rostro era nuevo, pero las heridas en sus ojos seguían siendo las mismas. Y una herida así… puede convertirse en el arma más peligrosa, si se dirige correctamente.
—Señor Enzo, ¿qué opina de la propuesta del equipo de desarrollo? —preguntó uno de los directores, sacándome de mis pensamientos.
Levanté la cabeza despacio.
 —No estoy de acuerdo —respondí con calma.
Todas la