POV de Mathilda
Hace seis años, 11 de marzo de 2018
Todas las miradas se dirigieron hacia mí cuando llegué a la empresa de Enzo. Esta vez no eran miradas repugnantes las que recibía, sino miradas llenas de cariño y admiración, como si todos me veneraran.
Al pasar frente al gran espejo del ascensor, alcancé a ver mi reflejo. Piel tersa, mandíbula perfecta, labios que ya no eran los mismos. A veces olvido que la mujer en ese reflejo soy yo. Cada vez que miro un espejo, siento que interpreto el papel de alguien que ya debería estar muerta.
A veces, cuando lo pienso, me parece imposible que todo esto haya ocurrido. En apenas nueve días, mi vida cambió por completo. El poder de Dios es real.
Imagínalo: pasar de ser una mujer odiada y considerada fea y repulsiva —hasta el punto de ser asesinada por una supermodelo famosa— a convertirme en su rival. Quiero decir, ¿cómo pudo suceder algo así?
 Además, este nuevo rostro mío apenas tiene tres días de vida. La vida puede ser así de absurda.
—Sién