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—No puede ser—murmuré y traté de empujarlo pero en vano, Andrew era tan fuerte.

Traté de deslizarme hacia abajo, para poder pasar por debajo de su brazo, pero él se dio cuenta rápidamente de eso, porque al momento siguiente me levantó de mis caderas y me sentó en la losa.

Mis piernas estaban abiertas y él permaneció de pie entre ellas, yo lo miraba con los ojos muy asustados. Mientras él sonreía, como si disfrutara mucho de esta situación.

Se acercó y puse mi mano en su pecho para crear cierta distancia.

No estoy mintiendo amor.

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