Capítulo 90.
Iris.
Pasaron cinco largos días desde que el Alfa Supremo había caído inconsciente. En todo ese tiempo me rehusé a abandonar la tienda de Ef más allá de lo estrictamente necesario.
Me encontré a mí misma haciendo una camilla un poco más grande para poder dormir a su lado y así vigilar su respiración constantemente.
No dormía mucho debido a que el miedo me invadía.
No sabía el por qué el Alfa se había vuelto importante para mí, pero lo hacía y no perdería la mente por ello. Las cosas eran como eran y de nada servía sobre analizar los por qués.
-Esta última debe de funcionar. - Dijo Ef sacándome de mis pensamientos mientras miraba fijamente la mano del Alfa. - No creo que podamos mejorar la fórmula.
Lo miré con ojos cansados.
-Siempre podemos mejorar, es solo que aún no sabemos cómo. Tomaré otro libro y...
-No. Necesitas descansar, señorita. Cualquiera en la manada puede vigilar esa mano mientras tú te tomas una siesta. No estás comiendo y esas ojeras me preocupan.
Yo