Capítulo 54.
No había nadie, entonces regresé por mi ropa mojada y salí del baño.
Estaba cerrando la puerta cuando un par de manos me tomaron por los hombros.
Chillé y dejé caer mi ropa.
-Si hubiera sido otro lobo, uno con algún plan estúpido contra ti, espero que lo último que hagas sea chillar. - Dijo el Alfa Supremo.
-Lo golpearé, por supuesto.
Me miró con incredulidad cuando me giré por fin.
-Me asustó. - Murmuré cediendo. - No me gustaría que lobos desconocidos me vieran solo usando una toalla.
-Una minúscula toalla.
-Era todo lo que había disponible. - Dije con un bufido antes de mirarlo con curiosidad. - ¿No sabrá de un buen lugar en dónde pueda poner a secar esto, o si?
-No, pero se la puedo dar a la siguiente loba que venga desnuda. Estoy seguro de que me hará el favor encantada.
Me eché a reír.
-¿No lo visitan solo por la noche?
-Cuando tienen un Alfa para ponerles cierto freno, si.
-Pero la manada ya tiene uno.
-Y el muy idiota ha olvidado hacer una planeación para el patrullaje. - Dijo