Capítulo 44.
Regresé con leña y encendí el fuego rápidamente.
El Alfa y yo comimos en agradable silencio. Al menos hasta que me miró fijamente desde el otro lado de nuestra hoguera improvisada.
-¿Entraremos a la manada Thunder? - Preguntó con curiosidad.
-No, Alfa. - Dije tragando rápidamente mi último bocado.
-¿Qué tan cerca debemos de estar de esa manada?
Yo incliné la cabeza.
-Quizá unos metros fuera del límite de su territorio. ¿Sucede algo con la manada Thunder?
La comisura de su boca se elevó un poco.
-Lo mismo que sucede en todas: Se ponen nerviosos si no les aviso con anticipación que voy.
-Bueno, eso no es problema de usted. - Dije encogiéndome de hombros. - Deben mantenerse alerta a pesar de que dé un paseo sorpresa.
-Tienes un punto. - Dijo mirando hacia arriba. - Y aún así, si nos detectan se pondrán... ansiosos.
-¿No le ha pagado esa manada el tributo del mes? - Pregunté con curiosidad.
-Lo hicieron. -Dijo distraídamente. - Aunque quizá deba pasar solo para "