"Este apartamento le pertenece a la señora Vio, un regalo de Sean. Ha estado vacío desde hace tiempo; puedes quedarte aquí como quieras", dijo Jerry, quien acababa de llevar a Daniar adentro.
Daniar solo respondió con un asentimiento. ¿Qué sueño era este, llegar a conocer a gente rica como Jerry y sus amigos tan buenos?
"Se tarda unos diez minutos en caminar desde el apartamento hasta el restaurante. Así que no necesitas gastar dinero para ir al trabajo", le dijo Jerry.
"Gracias por ayudarme, tío", dijo Daniar, lo que hizo que Jerry solo pudiera suspirar suavemente.
A esta chica no se le ocurría otro nombre para llamar a Jerry, que era mucho mayor que ella, más que "tío".
"Todo lo que veas y lo que te suceda, espero que puedas guardarlo en secreto por tu propia seguridad", advirtió Jerry.
"Disculpa, tío. ¿Tú y tus amigos pertenecéis a algún grupo o pandilla en particular?" preguntó Daniar, curiosa.
"Cuanto más te acerques a mí, sabrás quiénes somos en realidad", respondió Jerry, que n