51. Nada, Señor
A la mañana siguiente, James entró en el despacho de Sean con el ceño fruncido. Al ver la inusual expresión de James, Sean frunció el ceño con curiosidad.
Sean podía oír a James refunfuñar, pero no con mucha claridad. Esto distrajo a Sean, quien apagó la pantalla del ordenador.
"James, ¿qué te pasa esta mañana?", preguntó Sean, extrañado.
"Nada." Respondió bruscamente.
"Parece que extrañas a Vio, ¿te gusta mi cuñada?"
"No tiene nada que ver con eso. Si no tienes intención de trabajar, vete a casa." James lo despidió, haciendo que Sean se sorprendiera aún más por la actitud de James ese día.
Refunfuñando, James salió del despacho de Sean. Esto, por supuesto, hizo que Sean se preguntara qué le había pasado a James.
"¡Qué tipo tan impredecible!", exclamó Sean molesto, y luego se fue a ocuparse de la fiesta de cumpleaños de Lily la semana siguiente.
Sean fue al salón de baile de su hotel; a propósito, rechazó a los inquilinos durante las siguientes tres semanas para el evento de Lily, qu