— No soy quién para juzgar, muchas veces hacemos cosas que no nos gustan pero que no tenemos otra opción que tomar — le sonreí — así que no te preocupes que en mí vas a encontrar a una persona que te va a comprender y jamás te va a juzgar.
Rea se marchó del hospital agradeciendo y pidiendo disculpas, mientras anotaba en el expediente su alta se asomó Adriel. Demonios lo había olvidado por completo.
— Al parecer te olvidaste de mí — me dijo sonriendo mientras se acercaba — ¿Cómo se encuentra la chica?
— Ya le dieron el alta, ¿Qué haces aquí a todo esto?
— ¿Quién es él Lucía?— preguntó la jefa mientras lo miraba descaradamente — deberías presentarlo.
— Oh es cierto, jefa él es un amigo se llama….
— ¿Adriel Lund?
Cuando escuchamos esto volteamos a ver y ahí se encontraba el doctor Fernández quien se acercó a nosotros, las enfermeras junto con las doctoras se reunieron alrededor de los dos hombres y habían algunas que lanzaban miradas lascivas a ellos.
— Que gusto verte Thiag