Yo me separé de él y me fui a la sala de UCI, estando ahí me cambié de ropa en un cubículo que teníamos para cambiarnos, recibí a los pacientes y una vez que me asignaron los expedientes comencé a trabajar.
Las malas miradas sobraban pero no me importaban, la jefa había llegado luego de unos minutos que yo llegué y trabajaba enfocada en sus pacientes.
Me levanté para estirarme y pude ver como el doctor Castelo me miraba de pies a cabeza, me senté y seguí escribiendo.
— Lucía por favor ve a monitorear el gasto cardíaco de tu paciente — me dijo la jefa — anótalo en el expediente y está al pendiente.
Yo asentí y fui a ver su gasto cardiaco, lo anoté en el expediente y seguí con mi trabajo. Al llegar la hora que me tocaba almorzar salí de la UCI y fui al comedor del hospital, cargaba con mi almuerzo ya que la comida aquí es demasiado cara.
Mientras comía tratando de sobrevivir a lo que resta del día el doctor Fernández se acercó a mí, yo lo invite a tomar asiento y así lo hizo.
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